lunes, julio 01, 2019

El otro de hoy


Este es mi trabajo de cierre de la materia Procesos Sociales Contemporáneos, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO, junio de 2019

Dos textos de la cátedra han llamado mi atención especialmente: “’Estado de guerra’ permanente y razón cínica”, de Enrique Dussel, presentado en 2002, y algunos capítulos de El siglo de la revolución, de Josep Fontana. Este libro es más reciente: se publicó en 2017.

Mientras el texto de Dussel es contemporáneo de los movimientos anticapitalistas, la primera década y efervescencia del Foro Social de San Pablo y las decisiones geopolíticas del imperio después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, el libro de Fontana aparece después de la crisis financiera de 2008-2009, de la que solo salieron bien parados los bancos gracias al dinero público en los países centrales; después de los movimientos ciudadanos internacionales de indignados, contra los ajustes y la exclusión en varios países europeos; después de la explosión de los movimientos de mujeres y del regreso de la derecha a los gobiernos de la región, sea por golpes blandos o gracias a las guerras libradas desde los medios de comunicación que controlan.

Dussel explica la forma en que la filosofía anglosajona supera el dilema ético que supone esclavizar o explotar a otro. En la medida en que el otro es una amenaza para mi vida, sostiene Locke, tengo derecho a tomar su vida; entro en un estado de guerra que suspende el estado de naturaleza que no me habilitaría a hacerlo; a la vez, esclavizar a ese otro es retrasar, para mi propio beneficio, mi derecho a tomar su vida. Este otro al que se hace referencia puede ser quien me odie o quien no comparta mi idea de justicia. Así como hace cuatro siglos esta tautología servía para convertir a pueblos enteros en víctimas de la esclavitud, en este siglo permite a los Estados Unidos y sus aliados avanzar contra el terrorismo sin cuestionarse las masacres civiles o el uso de la tortura.

Es inevitable recordar las dictaduras latinoamericanas de las décadas de los 70 y 80 y los tormentos a los que sometieron los represores a miles de hombres y mujeres de todas las edades. Es muy clara también la base ideológica de estas prácticas, así como su fuente.

El otro de la historia hoy es un abanico de otros: los pueblos periféricos, los pueblos colonizados, les trabajadores, las personas desempleadas y marginalizadas, las mujeres, las minorías sexuales, las personas con discapacidad, las juventudes. Todos estos sectores han conformado en estos casi 20 años del siglo XXI diferentes alianzas y cruces con distintos grados de profundidad y efectividad. A todos estos sectores sociales, en cada país donde habitan, se les ha condenado al despotismo por no acatar la ley que preserva los privilegios de los sectores hegemónicos, privilegios que desde la hegemonía se entienden como derechos.

Este despotismo (siempre siguiendo a Locke, citado por Dussel) se materializa en forma de guerra directa, de guerra civil apoyada por potencias con Estados Unidos a la cabeza, de golpes parlamentarios, golpes judiciales y ataques mediáticos. Con estas herramientas lograron que, uno a uno, casi todos los países de Latinoamérica, por ejemplo, retrocedieran en sus agendas progresistas, en lo que podía leerse como un camino hacia la liberación, y que la región volviera a caer en la periferia política y en el lugar de proveedora de materias primas y recursos energéticos. Vuelve a caer también así en la lógica del capital financiero, del desequilibrio persistente de la balanza comercial, de la injerencia permanente de Estados Unidos y sus secuaces en la política regional, del extractivismo contaminante y la pérdida de soberanía.

Fontana cita a Gordon como el agorero del fin del crecimiento económico general y de la superación de la desigualdad. Es verdad que la dirección que toman las actuales conducciones políticas de nuestros países y las alianzas que establecen entre ellos promueven niveles de pobreza que no esperábamos volver a ver. También es cierto que el avance de la producción desde la era informática a la de la digitalización incrementará la brecha social, la concentración monetaria y el desempleo, y que el regreso del neoliberalismo triunfante viene sostenido por medios de comunicación que pregonan a cada segundo y desde múltiples plataformas los supuestos beneficios de sus políticas de ajuste.

Sin embargo, el mismo autor nos dice que, más allá de este interregno de caos y desigualdad, existe, impulsada por fuerzas múltiples desde las bases, una esperanza de un proyecto colectivo transnacional que pueda reconocer, cuestionar y desmontar el orden social vigente y el modo de producción que lo sustenta.

Escribí hace poco: el opresor oprime y cree que no duele porque a él no le duele. Al mismo tiempo, el oprimido podría estar tan acostumbrado al dolor como para no darse cuenta de qué es lo que le impide enderezar la espalda y levantar la vista del suelo. Mala situación, pues nada colectivo se construye con subjetividades arrasadas. Pero por eso estamos aquí, para eso nos formamos, militamos y actuamos en la sociedad. Es imprescindible identificar la mano que oprime, reconocer las herramientas disponibles, hacernos de ellas y utilizarlas para nuestro beneficio, el de las mayorías que merecemos la libertad y la felicidad.


Considerando que nos
Amenazáis pues con fusiles y cañones
Hemos decidido temer más ahora
Una mala vida que la muerte.
“Resolución de los comuneros”, de Bertolt Brecht

DUSSEL Enrique. “Estado de guerra permanente y razón cínica”, Revista Herramienta, N° 21. 2003
FONTANA, Josep. “El siglo de la revolución: Una recapitulación y un final abierto”. Pág. 633/649. En El siglo de la revolución desde 1914. Una historia del mundo. España: Editorial Crítica, 2017.


https://soundcloud.com/user-855875259/el-otro-de-hoymp3

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martes, octubre 30, 2007

Votar

¿Se puede instrumentar el voto electrónico en toda la Argentina? Se necesita garantizar el acceso permanente a la red en todo el país, además del abastecimiento de energía a cada rincón del territorio.
Es requisito enseñar el uso del sistema a cada votante. Es requisito indispensable que el votante sepa que tiene derecho a elegir aquello que quiera elegir.
La desorganización desaparecería y la posibilidad de fraude se reduciría,si se pudiera probar el sistema a través de varios controles sucesivos e independientes.
Se necesita la voluntad política de impulsar un cambio que volvería todo el proceso menos manipulable.
Se trata de comprender que pierde sentido sostener un modo de hacer propio del siglo pasado, que, en el mejor de los casos, deja a los ciudadanos con un sentimiento de duda.

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martes, julio 03, 2007

actualmente

Podríamos, pero no. En la Argentina, los salarios comparativamente bajos podrían favorecer el desarrollo de una oferta laboral a la medida de las necesidades de la sociedad de la información en la que se supone que estamos viviendo. La misma sociedad en la que más y más servicios, trámites y funciones pueden informatizarse para facilitar y acelerar procesos hasta hoy molestos y engorrosos. Numerosas tareas presenciales son fácilmente realizables a distancia. El triple-play, la televisión digital, se discuten en sus aspectos económicos y legales más que en sus posibilidades técnicas. En lo que a tecnologías de la información se refiere, tenemos todo para tenerlo todo.
Pero no, porque no tenemos garantizada la energía.
A falta de gas, se recurre a la luz. El consumo alcanza picos insostenibles y vivimos cortes de energía en cualquier época del año.
Dependemos de energías caras y contaminantes pero no tenemos asegurado su suministro, porque faltó la inversión.
Cuando tenemos la posibilidad de integrar tecnologías, nos recuerdan que la comunicación cara a cara es mejor y que el exceso en el uso siempre es malo para ocultar que las empresas hicieron toda su inversión en publicidad destinada a captar usuarios, no en el sistema que les garantice la calidad del servicio que estos contratan.
Podríamos estar generando energías renovables y no contaminantes, y sin embargo tampoco se invirtió en ellas.
Hoy tenemos que elegir qué consumo vamos a limitar: el industrial, lo que perjudicaría a la producción (cuyas pérdidas, se sabe, afectan directamente los índices de desempleo) o el hogareño, cuando en todo el país pasamos de veranos bochornosos a inviernos con epidemias de neumonía y bronquiolitis (que por supuesto afectarán a los más pobres y peor alimentados, y presionarán al sistema público de salud, que no alcanza a responder integralmente a requerimientos aún más básicos).
Hemos aprendido, en lo político, lo económico y lo social, a pensar exclusivamente en lo inmediato, tanto espacial como temporalmente. No proyectamos, no planificamos, no invertimos. Vivir exclusivamente para el hoy nos condena a que el mañana nos llegue como un reproche.

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martes, febrero 06, 2007

Guerra Santa y cruel


Una guerra santa emprendida contra el eje del mal: el ataque al terrorismo. Como una gran cruzada, se unen las fuerzas occidentales contra el Oriente bárbaro, sanguinario y, sobre todo, destructor de los valores de los que no usamos turbantes. Pero ahí está una resistencia que no da tregua. Ahí están los números que recuerdan que las fuerzas aliadas han perdido más de 3000 vidas (al menos, esas son las bajas declaradas) en una ocupación de casi cuatro años sin otro resultado que los negociados por la reconstrucción, el deterioro de las condiciones de vida de la población civil, el derrocamiento de un poder político que deriva antes en la guerra entre facciones que en la construcción democrática. Esto, por no mencionar el saqueo de los museos y la destrucción de monumentos históricos que eran patrimonio de la humanidad.

Sí mencionaré Abu Grahib. La tortura hecha espectáculo nuevamente. Uno más de nuestros medievalismos. Con una diferencia: la brutalidad medieval era bien vista, el castigo y la ejecución eran por demás crueles tanto en lo que se refiere a las Cruzadas como en la práctica de la justicia por la Inquisición a partir de su desarrollo en España. Pero nos hemos vuelto más y más humanitarios, y creamos normas acerca del trato a los prisioneros, que por supuesto prohíben toda forma de maltrato. Esto, en el mismo siglo XX que vio nacer los bombardeos sobre las ciudades y otras poblaciones civiles, los campos de concentración y las masacres étnicas planificadas. Estas prácticas se realizan hoy calculadamente, y calculadamente se las disfraza de errores o de “daños colaterales”. Lo demás, si se puede, se disimula. Cuando los Estados Unidos invadieron Irak en enero de 1991, las transmisiones de la CNN mostraban a través de una cámara fija las estelas de un verde brillante que dibujaban los misiles en el aire antes de caer. No veíamos las explosiones, la guerra era irreal, virtual. Cuando el hijo de aquel invasor volvió a completar la obra de su padre (y en el desarrollo de los acontecimientos al interior de la familia Bush, en el entorno de la familia de Hussein, y comparando los dos modelos de violencia, no puedo evitar encontrar elementos de tragedia griega, Edipo y las Orestíadas reviviéndose hasta el final) ya teníamos Internet, así como los celulares con cámaras, el fanatismo blogger y la idea de que todo debe ser mostrado para existir. Entonces, los soldados torturadores activaron sus teléfonos móviles y retrataron su cotidianeidad. Hombres y mujeres de uniforme sonriendo junto a iraquíes torturados como quien se fotografía delante de un monumento o paisaje en el que está de visita. Fotos de personas desnudas y amontonadas, humilladas, cargando las señales del miedo y el maltrato. Despersonalizados en el montón de cuerpos humanos, en la cabeza encapuchada, en la pose perruna con la cadena al cuello. Especialmente despersonalizados en contraste con los soldados que son hijos de su tiempo y toman imágenes de lo que hacen y lo que ven para poder sostener que hacen y que existen. Solo que hoy esas imágenes, como más tarde las de las niñas israelíes escribiendo mensajes en los misiles destinados al Líbano, no pueden normalizarse. Cuando superamos por un momento nuestro medievalismo comprendemos que la tortura, la masacre y la crueldad no pueden entenderse como justicia, sino como lo que realmente son: terror y muerte.

lunes, diciembre 18, 2006

Conclusiones

Los elementos enumerados en los posteos anteriores son, en su mayoría, prácticas e instrumentos de control social. Desde la sexualidad hasta los avances intelectuales, los antecesores del Estado y la Iglesia han sembrado la semilla de la autocensura hace alrededor de 1000 años, y sus efectos se observan hasta hoy. El Renacimiento, la Ilustración y las revoluciones políticas y sociales del siglo XX abrieron el campo de las posibilidades en el arte, el pensamiento científico y las relaciones sociales. El capitalismo y la ética protestante no alcanzaron a impedir estos cambios pero tampoco erradicaron las remanencias.
Ahora bien, las tecnologías de la información con las que contamos tienen un origen múltiple: militar, comercial y académico. No son neutras, ninguna tecnología lo es, pero el origen múltiple habilita también múltiples posibilidades. Apropiarse socialmente de estas tecnologías, de sus posibilidades, y resignificarlas como herramientas de transformación social positiva, de inclusión y de lucha contra la desigualdad, la discriminación, las guerras y la destrucción ambiental dependen de la capacidad social para concebir estas posibilidades y estos horizontes. Para ello es necesario comprender hasta qué punto son las construcciones sociales medievales las que limitan el pensamiento y el accionar colectivos para desprendernos de la censura y desarrollar el potencial transformador de la mejor arma con la que contamos quienes no poseemos los medios de producción (tanto de bienes como de información de consumo masivo): la imaginación.

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miércoles, diciembre 13, 2006

Vida medieval

Tanto la interpretación de la Biblia como la oposición a sus principios son condenados como herejías.

Si bien en un principio (1184) la Inquisición se limita a la excomunión y a castigos económicos para los herejes, delega en el ámbito secular las torturas y reserva la pena de muerte para ciertos relapsos, la práctica de la tortura existe previamente en la forma de la "ordalía", pruebas físicas extremas en las que el juicio de Dios determinaría la culpa o la inocencia del acusado.

Las penas tortuosas y la pena de muerte se ejecutan en público; el pueblo acude masivamente al espectáculo del tormento y la agonía del condenado.

http://es.wikipedia.org/wiki/Inquisici%C3%B3n
Ad abolendam

Las murallas rodeando castillos y ciudades fueron muy comunes durante la Edad Media en toda Europa, en constante guerra y necesidad permanente de defensa del territorio.


El derecho de pernada aparece como una práctica común, conocida pero no legal, de humillación del señor feudal hacia sus siervas. La costumbre parece haber sido reconocida más de hecho que de derecho y combatida a partir de la institución del matrimonio canónico entre siervos. Solo entonces pasa a considerarse afrenta esta costumbre que a lo largo de la Edad Media, en los pocos y disímiles textos que a aquélla se refieren, aparece como un abuso sexual concreto, como un acto simbólico de humillación, o como un atropello negociable por dinero.

http://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_de_pernada


La mujer es presentada como inferior al hombre por su naturaleza fría, más débil que la constitución caliente del hombre. Se trata de ideas tomadas del mundo griego que se extenderán a lo largo de los siglos por la literatura científica, donde se reunen con conceptos bíblicos que atribuyen un carácter venenoso a la menstruación. Los textos médicos de una primera etapa (escuela de Salerno) alientan al matrimonio para evitar las sofocaciones que provoca la abstinencia, pero luego la Iglesia promueve el matrimonio casto como forma de control de la sexualidad. Para esto se denigra a la mujer, basándose en la idea de que para combatir el deseo hay que rebajar al objeto del deseo.

EL fuerte anclaje de las ideas científicas en la Biblia y en los conceptos aristotélicos impiden avanzar en un conocimiento certero del cuerpo femenino, y de la biología sexual en general.

http://www.siglodeoro.net.ve/estudios/mujer_venenosa.htm


El señor feudal trata de sustituir al Estado en todo el territorio bajo su control. Controla la vida agrícola, imparte justicia y se asegura de conformar con sus vasallos un tipo de cuerpo militar. A cambio de protección, los ata a su designio.

Jacques Verger, La Alta Edad Media, 1985, Sarpe, Madrid.

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martes, noviembre 28, 2006

Medievalismos hoy

Lo que sigue son algunas supervivencias medievales que pueden verificarse en los últimos años:

-Intervención papal. La mediación papal se dio en Latinoamérica en 1978 entre la Argentina y Chile por el conflicto del Beagle, y es reclamada ahora en Oaxaca, México.
-Desautorización de la ciencia. Benedicto XVI afirma que la teoría evolutiva es irracional.
-Derecho de pernada. El sometimiento de la mujer está naturalizado en muchas provincias del país. Los casos más resonantes de abusos e impunidad se dan en Salta, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja. Se trata además de provincias que en gran medida están administradas como feudos, con gobernadores eternizados en el poder a través de reelecciones indefinidas y nepotismo. Las mujeres pobres son tan propiedad de las clases políticas provinciales como lo son las tierras que ellas habitan y trabajan, de ahí que el sometimiento sexual sea un aspecto más del vasallaje.
-Muros en fronteras internacionales, en barrios privados, muros que protegerían a los amurallados de la peligrosa otredad.
-Ejecución pública. Es una fantasía popular muy presente la que llama a ejecutar públicamente a delincuentes peligrosos, como los violadores, con la idea de que semejante ritual funcionaría como un castigo ejemplar que disuadiría a otros de seguir el mismo camino.
-Persecución de la diversidad. El reconocimiento de los derechos de quienes integran minorías étnicas y minorías sexuales en muchos lugares teóricamente civilizados sigue siendo una ardua pelea.
-Dominación de la naturaleza. El hombre enseñoreándose de la tierra y de las bestias que la habitan, como Dios manda en el Génesis, y destruyendo los recursos naturales en esa dominación.
-Paganismo. Oponiéndose sin combatirlo, al influjo cristiano en la vida cotidiana, el pensamiento mágico, como Era de Acuario, New Age, o franca superstición, permanece firme en nuestras sociedades.
-Función reproductiva de la mujer. La Iglesia, y las instituciones políticas o de la sociedad civil que levantan su mismo programa, siguen combatiendo cualquier forma de sexualidad que no sea heterosexual, monogámica y con fines reproductivos. Asimismo, todo programa de legalización del aborto o esterilización voluntaria se enfrenta a las voces que reclaman lo sagrado y obligatorio de la procreación como función natural y social primaria de la mujer.
-Oscurantismo sobre la sexualidad. En la misma línea, la educación sexual tiene opositores firmes que prefieren sostener la ignorancia como forma de control social.

En el próximo post, este punteo remitido a las prácticas medievales concretas.

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IT, NT y Medioevo

Este blog nace motivado por un trabajo práctico requerido por una materia de la facultad. La idea original era referirme a las nuevas tecnologías y a la forma en que operan sobre nuestra subjetividad, pero un conjunto de noticias recientes y la reflexión sobre ellas, que me llevó a la conclusión de que poco tenían estos nuevos hechos de novedosos o inauditos, me empujó a este rodeo por el tema medieval. Aspiro a tener los elementos para preguntarme, y responderme, hasta qué punto somos o dejamos de ser lo que llevó mil años fabricar en nosotros y cómo se relaciona esta remanencia social con nuevos medios que habilitan nuevas posibilidades.
Gracias, Andrés Miani, por preguntar.